[El Mercurio. Carta al Director] Exclusión del INDH. Por Jorge Martínez Cornejo.
Señor Director:
En relación con la carta (6 de diciembre) del director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, don Sergio Micco Aguayo, quisiera expresar mi opinión respecto de que el aludido director ha exacerbado la división entre los chilenos, y simboliza los efectos nefastos para el país de las violentas protestas sociales.
Como funcionario público, Sergio Micco trabajó desde el 18 de octubre de 2019 con un innegable sesgo contra Carabineros de Chile, transformando al INDH -una corporación de Derecho Público que es de todos los chilenos- en una trinchera de las doctrinas más radicales, que hoy utiliza su tribuna para hacer creer al país algo que es indesmentible y que él -como máxima autoridad del INDH- debiera sincerar públicamente
En efecto, el INDH no tiene facultades para querellarse por delitos comunes, ni por delitos especiales; solo puede hacerlo -como reza su ley orgánica- en crímenes de genocidio, de lesa humanidad o de guerra, tortura, desaparición forzada de personas, tráfico ilícito de migrantes o trata de personas, recursos de amparo y protección. Hasta ahí su competencia.
Ninguna relación existe entre aquellos graves ilícitos de origen internacional y hechos domésticos que obedecen a protestas violentas que la fuerza pública debe contener bajo el amparo de la ley.
Resulta preocupante que el señalado director desconozca la ley orgánica que regula el organismo que dirige -la Ley 20.405- y los acuerdos tomados por el Senado en esta materia. Nunca en la discusión parlamentaria se dio facultades al INDH para querellarse por delitos comunes.
El INDH quiere romper ese principio garantista de la persecución penal única, que es facultad exclusiva del Ministerio Público, y que nuestros jueces han cautelado con celo y rigurosidad para defender las garantías y el debido proceso.
Esperamos que el señor Micco pueda deshacerse de sus ataduras y compromisos; se libere de las intrigas al interior del INDH para sincerar esta verdad al país. Los DD.HH. son demasiado importantes y no están para servir al propósito de algunos, sino el de todos los chilenos.